Subida al Pla de la Casa |
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El inicio y el final están entre las casas blancas de La Facheca, en el centro del pueblo, junto a la puerta de la iglesia y entre pequeñas calles asfaltadas, como para que las memorias de los caminantes no olviden del todo que vienen de una ciudad y que allí volverán. Pero enseguida entramos en un camino que deja atrás un lavadero, asciende y se convierte en un barranco entre montañas y empieza ya el rumor del agua en los saltos, el verde en los árboles y amarillo y verde en las laderas. Y roca desnuda en los altos. Y fiesta, fiesta en aulagas y retamas. Y aromas y aromas de romero y lavanda.
La flor de algunos almendros, los campos de margaritas, nubes blancas, que veloces huyen y juegan. El sol que nace y se esconde. Aire nuevo en nuestros pasos y vientos frescos de primavera. Y Todo, todo empieza en nosotros durante la ruta. Y como si algo nos hubiera sacado de la ciudad para mostrarnos campos de alegría. Campos que llegan al corazón y nacen y dan vida. Y así hasta alcanzar los grandes paredones de crestas calizas que coronan las cimas y que algunos llaman Frares. Y aquí, en la explanada del nevero, resguardados del viento y saboreando recuerdos tomamos algún reposo y compartimos alimentos para luego iniciar el descenso por un camino desconocido, largo e incierto que prolongó la tarde; pues el previsto había sido herido por el tiempo y en algunos tramos era intransitable. Tanto la tarde se prolongó que llegamos a la puerta de la iglesia entre las calles asfaltadas con los últimos estertores de la luz, pero acompañados en todo instante de mutua complicidad y camaradería y de los cantos del amor de los pájaros en primavera. En todo instante, incluso en el peor: Ese que se siente cuando el camino termina.
Valencia 16 de Marzo de 2013
Ángel Núñez.
Bravo Angel... me encanta tu descripción :-)
ResponderEliminarEn estos años hemos hecho cientos de rutas, preciosas todas, aunque todas tienen sus particularidades que las hacen únicas y diferentes. Cada senda, cada tramo es irrepetible, aunque vuelvas una y otra vez, porque la luz no es la misma y las circunstancias tampoco lo son, porque la vida cambia y nosotros cambiamos en nuestro camino !que maravilla haber vivido esas rutas!, siempre en tan buena compañia... y éste, es un buen ejemplo de lo que digo. Como dice la canción !Gracias a la vida que me ha dado tanto...!
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